En el marco de una estrategia internacional de fortalecimiento de capacidades frente a futuras pandemias, se ha dado un paso significativo en el desarrollo de una vacuna de tecnología mRNA contra el virus de la influenza aviar A(H5N1). Este avance se lleva a cabo desde Argentina y forma parte de una iniciativa más amplia para establecer una red regional de producción de vacunas basada en plataformas innovadoras.
Un equipo de especialistas a nivel mundial en inmunología, biotecnología y salud pública realizó una visita a las instalaciones de una empresa farmacéutica de Argentina. Su objetivo fue revisar y respaldar los progresos de un proyecto estratégico que se enfoca en tecnología de ARN mensajero (ARNm). La empresa encabeza un grupo de colaboración que integra también a asociados africanos y académicos de América Latina, con la meta de crear una vacuna particular para combatir una de las cepas más graves del virus de la gripe.
Durante la reunión, los grupos científicos y técnicos mostraron los avances logrados hasta ahora. Se resaltaron los logros preliminares del desarrollo preclínico, la creación de modelos de prueba en el laboratorio y la implementación de protocolos para asegurar el cumplimiento de normativas internacionales de buenas prácticas de manufactura (GMP). Asimismo, se abordaron las sugerencias necesarias para progresar hacia las fases clínicas, empezando por los estudios de fase 1 en humanos.
El avance en la creación de esta vacuna se considera crucial debido a la continua amenaza que la gripe aviar de alta patogenicidad, como la H5N1, representa. Esta cepa ha estado muy presente entre las aves y ha mostrado ocasionales episodios de contagio a humanos. A pesar de que los casos entre personas han sido escasos, el potencial de este virus para cambiar y ajustarse a nuevos hospederos ha causado inquietud en la comunidad científica internacional.
Uno de los aspectos más relevantes del proyecto es la integración de distintos actores en un esfuerzo común: sector público, privado, académico y científico. Esta colaboración multidisciplinaria refuerza el enfoque regional para enfrentar desafíos sanitarios y busca asegurar que los países de ingresos medios también tengan la capacidad de desarrollar, producir y distribuir vacunas de última generación, sin depender exclusivamente de proveedores externos.
Se anticipa que para el año 2026 comenzará a funcionar una moderna planta de fabricación dedicada a vacunas basadas en mRNA. Esta planta no solo ayudará a satisfacer la demanda interna, sino que también compartirá recursos y experiencias con otros países del sur global. El objetivo es fortalecer una red de colaboración científica que garantice respuestas rápidas y justas en casos de emergencia sanitaria.
Este avance no es aislado. Forma parte de una estrategia global lanzada en los últimos años que busca descentralizar la producción de insumos médicos críticos. Las plataformas mRNA han demostrado ser altamente eficaces y adaptables, como quedó claro durante la pandemia de COVID-19. A partir de esa experiencia, se trabaja para que su producción no quede restringida a unos pocos países desarrollados.
Argentina ha asumido un papel de liderazgo en esta nueva etapa. La iniciativa que se impulsa desde el país trasciende los intereses nacionales, proponiéndose como un modelo de colaboración internacional basado en la transferencia de conocimiento, la autonomía tecnológica y la equidad en el acceso a la salud.
El siguiente paso en el cronograma del proyecto será la conclusión de las pruebas preclínicas y el inicio de las fases clínicas bajo estricta supervisión científica. Al mismo tiempo, se continuará la construcción de la infraestructura necesaria para la producción a gran escala. Los avances y conocimientos generados serán compartidos con otros países participantes del programa, promoviendo una respuesta articulada ante la amenaza de enfermedades infecciosas emergentes.
Esta vivencia fortalece la dedicación de la región hacia una perspectiva de salud pública más inclusiva, resistente y avanzada tecnológicamente, colocando la ciencia y la colaboración internacional al servicio del bienestar común.